SOMOS ENERGIA

La creación toda es energía, magnetismo, vibración, desde el átomo, la materia, lo mental y lo emocional.

Si miramos a nuestro alrededor, vemos que todo el universo físico está formado por átomos; la tierra, el mar, las montañas, los arboles, todo. Y esos átomos son, en esencia, partículas eléctricas que giran en torno a un núcleo cargado también eléctricamente, por lo que todo es energía, vibración y magnetismo, como la propia luz que emana de la materia.

El funcionamiento de nuestro cuerpo, nuestro corazón y nuestro cerebro también están regidos por patrones energéticos, lo mismo que el pensamiento y las emociones, cuyas ondas electromagnéticas resuenan en el organismo, lo que comprobamos cuando enfrentamos una fuerte impresión, un susto por ejemplo, que nos aprieta el estómago y agita el corazón.

Manifestación energética del cerebro humano

Para ello, nuestro cuerpo cuenta con una red de conductos energéticos, llamados meridianos en la Medicina China, que conecta todos los órganos, tejidos y células, en concordancia con los sistemas nervioso y circulatorio, por donde circula la Energía Vital, necesaria para mantener en actividad todo el organismo.

Y son esos mismos canales energéticos los que hacen que las emociones retenidas en nuestro subconsciente resuenen también en nuestro organismo y nos generen estados de agrado o aflicción según su naturaleza. Al revivir un dolor, una pena, al enfrentarnos al miedo, activamos circuitos energéticos en nuestro cuerpo que podemos acallar mediante adecuados procesos terapéuticos.

Crisis de pánico, vértigo, estrés y otros que permanecen anclados en nuestra mente, pueden rescatarse y superarse para restituir el equilibrio energético desde su origen, liberando y diluyendo las condiciones que los generaron. Para ello contamos con terapias de hipnosis y de liberación emocional con las que encaminamos a la persona hasta su punto de sanación, para su total superación.